Mujer joven de clase media, con estudios y residente en LPGC: perfil del sityclético

3 de septiembre de 2020, 08:55


Mujer de entre 25 y 54 años, residente en Las Palmas de Gran Canaria, con estudios mínimos de Bachiller, trabajadora a tiempo completo y con un sueldo que no supera los 2.500€ brutos al mes. Este es el perfil del usuario tipo de Sítycleta, el servicio público de bicicletas compartidas de la capital grancanaria, según un reciente estudio en el que se ha escogido a Las Palmas de Gran Canaria para demostrar cómo el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano puede contribuir a mejorar calidad de vida de todos los ciudadanos.

Mujer joven de clase media, con estudios y residente en LPGC: perfil del sityclético

El estudio, realizado por Suzanne Maas, investigadora del Instituto de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Malta, arroja una interesante conclusión respecto al uso de la bicicleta en nuestra ciudad: la edad es un factor clave

En este sentido, del casi medio millar de usuarios de Sítycleta encuestados para realizar este estudio, los más jóvenes se muestran más reacios a poseer y conducir un coche, apostando por el transporte público y la bicicleta para sus desplazamientos diarios en la Ciudad. Por contra, a medida que la edad de los usuarios encuestados aumenta, estos demuestran una mayor propensión a tener un coche propio, conducirlo y a utilizarlo de manera frecuente para sus traslados diarios. 

Para su estudio, Suzanne Maas cruzó los resultados de la encuesta con las propias estadísticas de Sítycleta referidos a los movimientos de origen y destino durante el primer año de vida del servicio público de bicicletas compartidas. 

Entre las interesantes conclusiones del estudio, vemos que ahorrar dinero y la apuesta por una movilidad sostenible son dos de los grandes factores motivadores que influyen positivamente en la frecuencia del uso de Sítycleta. Y como factores que propician que esta frecuencia de uso aumente encontramos la satisfacción con el funcionamiento y el diseño del sistema, la disponibilidad y la comodidad de las sítycletas, así como el alto nivel de servicio y mantenimiento de las bicicletas públicas. 

Mientras, en el lado opuesto, como factores que influyen negativamente en la frecuencia de uso de la bicicleta pública aparecen la distancia entre la residencia habitual y la estación de Sítycleta más cercana, la necesidad de usar el coche para realizar las tareas diarias y la propia frecuencia de uso de un coche como conductor. 

Carriles bici, otro factor decisivo 

La existencia de carriles bici también resulta un factor claramente influyente en el aumento de la frecuencia de uso de Sítycleta. Al respecto, los encuestados admiten que la red de carriles bici ya existente aumenta la sensación de seguridad, por lo que otorgan una especial relevancia a la creación de este tipo de infraestructura ciclista como factor decisivo para lograr un incremento del uso de la bicicleta como alternativa de transporte urbano. 

Si bien el concepto de seguridad ligado a la existencia de carriles bici se presenta de manera generalizada en la encuesta (todos los encuestados indicaron que se sienten más seguros en los carriles bici y menos seguros en la carretera), tiene una mayor incidencia entre las mujeres, quienes admiten sentirse más inseguras que los hombres circulando en bici por la carretera. Este matiz, aclara Suzanne Maas en su estudio, es algo habitual en ciudades con un reparto modal de la bicicleta bajo, dado que las mujeres son más reacias al riesgo en general y en estas ciudades el ciclismo es generalmente menos seguro y/o percibido como menos seguro. 

También hay diferencias entre hombres y mujeres a la hora de abordar la duración media del viaje en Sítycleta. En las mujeres, la media del desplazamiento se sitúa entre 20 y 30 minutos, mientras que la media en los hombres se haya entre 10 y 20 minutos. 



De acuerdo a este histograma, la mayoría de los usos se encuentran en la primera hora (de 3 a 60 min). Basado en el conjunto de datos, la media de duración del viaje en Las Palmas de Gran Canaria es de 20 minutos, un dato que está en línea con la duración media del viaje observada en otros sistemas. Maas cita en su estudio los ejemplos de ciudades como Melbourne, Brisbane, Washington D.C., Minnesota y Londres, donde la duración media de un viaje se sitúa entre 16 y 22 minutos. 

El estudio de Suzanne Maas constata que los usos en los días laborales exhiben un pico triple: entre las 07:00 y las 08:00, alrededor de las 14:00 y entre las 17:00 y las 19:00. Estos datos son similares a otras ciudades del sur de Europa, como Lyon o Sevilla, donde junto a la mañana y la noche, también se observa un pico a la hora del almuerzo. Por su parte, los picos de uso del fin de semana (entre las 11:00 y las 13:00, y entre las 16:00 y las 18:00) son menos pronunciados. Esto está de acuerdo con los patrones de desplazamiento de lunes a viernes más relacionados con el trabajo, y el uso habitual de la bicicleta pública los fines de semana, más vinculado a las actividades de ocio. 

Fomento de la intermodalidad como opción de mejora 

Aunque varias estaciones de Sítycleta en Las Palmas de Gran Canaria ya están situadas en las inmediaciones de las estaciones de guaguas y aparcamientos intermodales, el estudio de Suzanne Maas recomienda una mayor integración de los servicios municipales de transporte público: Sítycleta y Guaguas Municipales como forma de promover la intermodalidad en la capital grancanaria. 




Incentivar el uso entre la población más joven (de entre 18 y 24 años) con descuentos en los abonos para estudiantes universitarios; continuar ampliando las estaciones hacia la zona alta de la Ciudad y a zonas con menos poder adquisitivo; alcanzar acuerdos con empresas e instituciones para favorecer los desplazamientos en bici; y ofrecer abonos de días a los turistas, son otras de las interesantes propuestas de la experta para fomentar el uso de la bicicleta pública en Las Palmas de Gran Canaria. 

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