La Sociedad Municipal de Aparcamientos de la capital grancanaria (SAGULPA) ha aprobado una actualización de su Protocolo de Prevención de Acoso Psicológico, Acoso Sexual y Acoso por razón de Sexo.
Entre otras novedades, incluye un documento anexo, el “modelo de declaración de confidencialidad”, por el que las personas que participan en el proceso como testigos o intervinientes manifiestan su compromiso de entera discreción y privacidad con el caso.
En el nuevo texto se especifican los grupos que se consideran más vulnerables y a los que se les ofrecerá una atención especial, como mujeres solteras con responsabilidades familiares (madres solteras, viudas, separadas y divorciadas), mujeres que acceden a sectores profesionales o categorías tradicionalmente masculinas, mujeres con discapacidad, inmigrantes o de minorías étnicas y mujeres con contratos eventuales.
Dentro de las tipologías de acoso, se le ha atribuido mayor rango al acoso ambiental (conducta que crea un entorno laboral intimatorio, hostil o humillante) y al chantaje sexual (el producido desde un puesto jerárquico superior cuyas decisiones pueden incidir sobre el empleo o las condiciones de trabajo de la persona acosada). Por otro lado, se ha incluido, de manera específica, que “todo trato desfavorable a las mujeres relacionado con el embarazo o maternidad constituye discriminación directa por razón de sexo”.
La actualización del documento, que ha contado con el consenso de la Comisión de Igualdad, la gerencia de SAGULPA y el Comité de Empresa, incluye un listado de las posibles sanciones aplicables en cada caso, como la apertura de expediente disciplinario, la medida cautelar de separar físicamente a demandante y demandado, despido, suspensión de empleo y sueldo, traslado forzoso, cambio de turno o la inhabilitación para ascensos y promociones.
Con la introducción de estas modificaciones y mejoras, SAGULPA pretende marcar un posicionamiento más ambicioso con respecto a la prevención y erradicación del acoso en el entorno laboral. Además de sensibilizar y movilizar a todo su personal respecto a conductas o comportamientos que pudieran considerarse acoso en cualesquiera de sus modalidades. El objetivo final es la implantación de una cultura empresarial libre de violencia.